En las primeras décadas del siglo XIV, los habitantes del último asentamiento vikingo de Groelandia abandonaron el lugar. Esta misteriosa huida no tenía, hasta la fecha, explicación para los historiadores.
Ahora, investigadores de la universidad de Brown (EEUU) han dado a conocer una nueva hipótesis. El geólogo Yongsom Huang y sus colegas decidieron estudiar las capas de sedimento helado existentes en el fondo de dos lagos de la zona y descubrieron que en las fechas en las que se produjo la desaparición vikinga se registraron temperaturas inusualmente bajas. Un cambio del clima, en su opinión, pudo acabar con el estilo de vida de los vikingos.
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