martes, 5 de julio de 2011

El Estigma, un don de Dios

En latín: Stigma. Este término tiene su origen del griego estigma que significa marca siendo descritas las llagas que se forman espontáneamente sobre las manos, sobre los pies, al costado y en el rostro, parecidas a las llagas de Cristo crucificado. Generalmente se manifiestan en sujetos entregados a una vida intensamente espiritual y sumamente mística, pero se pueden hallar también en otros individuos. Suelen ser personas de profunda religiosidad, obsesionadas por las llagas de Cristo y por sufrir su dolor. Los profundos estados de éxtasis que se producen durante sus meditaciones podrían generar una situación de autosugestión capaz de somatizar su experiencia psíquica.

En su sentido religioso se refiere al fenómeno de llevar las llagas de la crucifixión de Cristo físicamente. Estas llagas se manifiestan en las manos, los pies, el costado y la cabeza de ciertos santos como signo de su participación en la pasión de Cristo.

Los estigmas pueden ser:
Visibles o invisibles; sangrientos o no; permanentes, periódicos (resurgiendo en días o temporadas asociadas con la pasión de Cristo) o transitorios. Los estigmas invisibles pueden causar tanto dolor como los visibles.
Los estigmas pueden permanecer muchos años, como el caso del Padre Pío, quien los llevó 50 años y fue el primer sacerdote que se conoce estigmatizado.
San Francisco tenía las estigmas pero no era sacerdote y cuando murió sus estigmas desaparecieron milagrosamente. Santa Rita de Cascia, Santa Teresa Newman, Santa Gema Galgani.
Los estigmas de Santa Faustina eran invisibles y muchos otros, más de 60 de ellos han sido canonizados.

Los estigmas pueden ser don de Dios (como en los santos), falsificación o causados por el sujeto por problemas mentales. En algunos casos de carácter diabólico. Es por eso que la iglesia ha establecido criterios para determinar la autenticidad de los estigmas.

Algunos de estos criterios son: 

-Las llagas están localizadas en los lugares de las cinco llagas de Cristo. Esto no ocurre por histeria ni hipnotismo.
-Los estigmas no se infectan, aparecen de forma espontánea en el cuerpo mientras la persona está en éxtasis, no ceden ante el tratamiento médico, sangran copiosamente y por largos períodos.
-Están acompañados de fuertes dolores tanto físicos como morales, la falta de dolor es una mala señal que pone en duda la autenticidad de los estigmas, porque, de ser auténticos, son participación en los sufrimientos de Cristo.
-Los estigmas auténticos no se pueden explicar por causantes naturales, además, la persona practica la virtud, un gran amor a la humildad y a la cruz.
-La Iglesia no canoniza a nadie tan solo por ser estigmatizado. 

Algunos parasicólogos niegan toda obra sobrenatural y explican los estigmas produciendo imitaciones. La Iglesia, al canonizar santos que han llevado estigmas, reconoce en ellos la autenticidad de una experiencia sobrenatural.

Mucha gente se hace la pregunta que si en el manto de Turín aparecen las llagas de Cristo en las muñecas, por qué los estigmatizados las tienen en las palmas de las manos. Ante esto la iglesia contesta que los estigmas no tienen porque estar en el lugar exacto de la cruxifición de Cristo, esto no significa que sean falsas o que sean causadas por la mente, sino que Dios hace el milagro respetando las limitaciones humanas.



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