Este palacio de estilo francés fue construído por Alfredo Azancot para el banquero Fernando Rioja en 1906 y fue declarado Monumento Histórico Nacional en 1985. Ahora contiene un museo y un cine. Está situado en una de las calles principales de la ciudad (Quillota). Algunos de los muchos cuartos espaciosos se utiliza para reuniones. Según un rumor local, allí incluso hay un fantasma que vaga por el lugar.
La historia cuenta que Don Fernando Rioja, perteneciente a la antigua aristocracia viñamarina, casó a su hija con un noble español y descubriendo que la joven no era virgen la devolvió a su padre.
La leyenda cuenta que ella tuvo amores con un cochero al que asesinaron. Don Fernando Rioja murió en el palacio que lleva su nombre y su fantasma deambula por las habitaciones tal como vestía en esa época.
Su presencia también se ha dejado sentir en el Conservatorio de Música, ubicado actualmente en el Palacio y comentan que: "El piano del Palacio Rioja suena sin que nadie lo toque".
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