Al sur de Perú, encontramos uno de los enormes misterios de la historia enigmática del hombre. Hablamos de las famosas líneas de Nazca.
Una totalidad de cincuenta kilómetros de terreno, completamente plagado de gigantescas figuras, líneas, triángulos, espirales y cuadriláteros.
Estas fantásticas figuras sólo son apreciables desde el aire. Y así fueron descubiertas, en los años veinte, por los pilotos peruanos que sobrevolaban la zona.
Se tiene realmente constancia de su existencia, desde el siglo XVI, cuando un magistrado español, Luis de Monzón, incluyó en sus crónicas, la versión de de los indígenas, que reconocían a los Viracochas (grupo étnico descendientes del hombre-dios Viracocha, llegado de los cielos) como los constructores de estas líneas, que servían para comunicarse con los dioses.
Aún no se ha dado por válida, ninguna de las tantas hipótesis, intentan dar respuesta a este gran misterio.
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